Si te estás planteando hacer un voluntariado para ayudar en el estudio y conservación de las ballenas vamos a darte unos consejos
En primer lugar quizá debas decidir si lo que quieres es observarlas o bien verlas mientras ayudas a su conservación. Aunque similares, son dos conceptos diferentes.
En Europa hay enclaves excelentes donde disfrutar de su presencia entre abril y octubre. Destaca Islandia, pero también Escandinavia o Escocia, la costa de Portugal y Azores o las Islas Canarias.
En el continente americano es bien reconocida la Península Valdés en octubre particularmente.
En los últimos años ha cobrado fuerza el Pacífico neotropical, donde las ballenas significan una manera de frenar la destrucción de la naturaleza por una contemplación respetuosa, gracias al motor de desarrollo que el turismo para disfrutarlas en libertad significa.
Voluntariado con Ballenas. Objetivo: Conservación de las especies y sus hábitats y Ayuda a la comunidad.
Podemos, por tanto, hacer un voluntariado en favor de las ballenas que también beneficie a la comunidad local e incida directamente en la conservación de los ecosistemas y la sensibilización de la población.
Es el caso del programa de estudio que lleva a cabo la FEMM (Federación Ecuatoriana de Estudio de Mamíferos Marinos) frente al Golfo de Guayaquil y aún mejor el que se realiza con la población afrodescendiente del Chocó colombiano. Nada más y nada menos que en la sala de partos de las Yubartas. Un voluntariado en la biorregión del Chocó que va de julio a octubre, en plena época de ballenas, visibles incluso desde la playa. Tutelado por una Estación Biológica y con todo el protagonismo en manos de la comunidad nativa.
Creemos que esta es la mejor fórmula de voluntariado. De la mano de la comunidad y con una visión amplia humanitaria y en favor de la naturaleza.
Quizá lo más importante para ti es ir a un lugar donde tu presencia sea vital para la supervivencia de las ballenas, o quizá priorizas estar en un país con gran biodiversidad o muchos endemismos. Puede que prefieras estar con mucha gente o con poca, o bien que el confort del alojamiento sea algo decisivo en tu elección. O en realidad lo que te gustaría es hacer actividades paralelas con otros grupos faunísticos como aves o tortugas o incluso educación ambiental.
Los voluntarios somos necesarios en todas partes. De eso no cabe duda. Aún hay mucho trabajo que hacer y muchos problemas que resolver.
Ahora bien, hay destinos donde somos «uno más» y otros donde seremos una pieza vital de la que puede depender mucha vida.